The Lost Rol

.-El sueño-.

por Kate Austen


Había sido un día agotador para Jack Shephard, al entrar en casa no saludó ni a Kate ni a su hijo David, que esa semana había ido a vivir con su padre, ya que su madre Juliet, estaba muy liada con su nueva hermana. Se fue directamente hacía su cuarto.
La larga operación de cuatro horas le había dejado sin fuerzas, sin ganas de comer, sin ganas de nada. Kate estaba cansada de repetirle que no podía seguir así. Pero Jack adoraba su trabajo y hacía oídos sordos a Kate.

Eran las siete de la tarde, cuando el doctor Shephard se estaba quitando la ropa y metiéndose en su cama. Se encontraba alrededor de follaje verde, había árboles por doquier y ese riachuelo que conducía a alguna parte. No sabía exactamente donde estaba, pero sabía que no era la primera vez que estaba allí. Le resultaba muy familiar, como si estuviera en su propia casa.

-Jack.
Se dio la vuelta y tenía a Jacob en frente.
-¿Jacob?
-Si, Jack, soy yo.
-Pero ¿qué haces aquí? ¿Tú estabas muerto? Espera, significa que yo también estoy muerto.
-No, no lo estás Jack.
-¿Entonces, que es todo esto?
-Estamos en la isla, en nuestra isla.
Jack miró alrededor y entonces se dio cuenta de todo.
-¿Por qué?
-La isla necesita que vuelvas, tú y todos. Tenéis que volver. Si o la isla se destruirá. Iniciativa Dharma, otros, recuérdalo Jack. La isla os necesita. Está siendo manipulada. La isla se destruirá. Recuérdalo Jack. Tenéis que volver. La isla os necesita. Recuérdalo Jack. Tenéis que volver, tenéis que volver,

Mientras Jacob seguía hablando, se iba alejando a la vez, hasta que desapareció y Jack se quedó mirando por el sitio en el que Jacob se había ido.

El reloj marcaba las 23:00 y Jack se levantó agitadamente, sudando por todo el cuerpo e hiperventilando.
Kate se encontraba a los pies de la cama, mirándolo con cara asustada,
-Estabas gritando y no dejabas de moverte, estaba asustada.- le explicó.
-Tenemos que volver.- le dijo solamente Jack.



.-El plan-.
por Kate Austen

Una silla de rueda se desplazaba por un largo y ancho pasillo. Se movía lentamente, ya que el que la conducía, no tenía muchas fuerzas por culpa del tumor que le consumía. Al final del pasillo, que solo lo iluminaba una sola lámpara y estaba todo muy oscuro. La silla de ruedas se paró y llamó a la puerta. A los pocos segundos alguien abrió la puerta y a ver quién era, inclinó la cabeza.

Siguió hacia delante y paró la silla de ruedas en frente de unos de sus socios, su mejor socio, que estaba sentado en un gran sillón. Éste miró al hombre de la puerta y éste se marcho.

-Señor Widmore, es todo un placer volver a verlo.
-Lo mismo digo Withlock.
-¿Está todo listo?
-Si, la semana que viene, nos instalamos en la isla. Ya está todo el material listo.
-Muy bien, repíteme todo el plan, otra vez.
-Llegamos en submarinos a la isla, descargamos el material, en alguna de las iniciativas Dharma. Poner todo el material en los sitios ya indicados y cada día explotar dos sitios diferentes de la isla, el último el puerto para poder irnos. Y matar a todo el mundo que nos encontremos por delante. Y tengo todos los mapas de la isla y todos los archivos necesarios.
-Muy bien, WithLock. ¿Qué día os marcháis?
-El lunes próximo y llegamos el miércoles por la mañana.
-Pues buena suerte y llamadme con lo que sea necesario
-Si, Señor Widmore.

Widmore se dio la vuelta y Edgar le abrió la puerta. Charles se alejó por el pasillo por donde había venido.


Están a tres años del final de la serie, y Jack tiene un sueño en el cual Jacob le dice que tiene que volver, reune a todos de nuevos y los convence para ir de nuevo a la isla. Allí tienen que salvar a la isla de Widmore y sus ayudantes para que no la destruyan.